Sinopsis:Kentarô es un universitario tan corriente que a veces parece invisible. Discreto, aburrido y del montón, nunca ha salido con una chica. Sin embargo, su vida se trastoca cuando recibe un golpe en la cabeza en un ridículo accidente. Desde ese preciso instante comienza a despertarse en lugares que no conoce y habiendo hecho cosas que no recuerda. El verdadero problema surge el día que abre los ojos y se encuentra en la casa de un atractivo desconocido. ¿Quién es y cómo ha llegado hasta allí?
𝐿𝓁𝑜𝓇𝒶, 𝓇í𝑒,
𝑒𝓃𝒻á𝒹𝒶𝓉𝑒,
𝓈𝓊𝒻𝓇𝑒...
¡𝒩𝒶𝒹𝒶 𝓉𝑒
𝓁𝑜
𝒾𝓂𝓅𝒾𝒹𝑒!
𝒩𝑜
𝑒𝓈
𝒻á𝒸𝒾𝓁
𝒹𝑒𝒿𝒶𝓇
𝓆𝓊𝑒
𝒶𝓁𝑔𝓊𝒾𝑒𝓃
𝑒𝓃𝓉𝓇𝑒
𝑒𝓃
𝓉𝓊
𝒸𝑜𝓇𝒶𝓏ó𝓃.
𝒫𝑒𝓇𝑜
𝓂𝑒𝓇𝑒𝒸𝑒
𝓁𝒶
𝓅𝑒𝓃𝒶
Qué difícil es reseñar un manga que
termina dejándote con un sabor amargo en la boca. No es que diga que este título
es malo, pero, así como lo venden como un BL, tiene poco y nada del género.
En EGYEPI nos encontramos con Kentaro,
un chico tan pero tan normal que pasa desapercibido para todos y así como es
invisible para el mundo, es justo el elegido al que le ocupan el cuerpo
mientras duerme. Y quien se lo usurpa es Mi, una chica ya fallecida que
aprovecha las oportunidades que tiene para estar con Mashiba, su novio,
mientras Kentaro duerme. Que la situación es tensa cada vez que Kentaro se
despierta es quedarse corto: se pasa los días con Mashiba e incluso a veces
salen en “citas” para mantener contenta a Mi -que los sigue cual espíritu- y
aunque intenta entablar una especie de amistad o relación, Mashiba se niega a
dejarse ablandar. Ni habla, ni se comunica, ni pregunta ni da explicaciones.
Aun así, entre ambos personajes se crea un lazo, ni romántico ni amistoso, pero
es algo que los une (además de Mi). Mashiba sigue de duelo por Mi y no deja de
añorarla, por lo que en estas posesiones ve una oportunidad para pasar tiempo
extra con su amada, tiempo que ya perdió terrenalmente. Kentaro por su parte
empieza a sentir que ya no solo es invisible, sino que ahora solo es valorado
como un objeto, ni siquiera un ser humano, solo vale algo porque Mi puede estar
dentro suyo. Acá es cuando, en mi
opinión, el tema del BL queda de lado y pasamos al verdadero asunto de la
historia: la superación. ¿Cómo seguimos cuando se nos va un ser querido? ¿Y qué
hacemos cuando tenemos una última oportunidad de sentirlo en nuestros brazos?
Mashiba necesita pasar página, aceptar lo que sucedió con Mi y seguir con su
vida, y Kentaro tiene que aprender a relacionarse, a valorarse y crecer. Nuevos
sentimientos empiezan a aflorar, inexplicables y tal vez sin razón, pero están
ahí. Quieren verse y quieren estar juntos, pero, ¿Por qué razón? ¿Por Mi, o hay
algo más?
El dibujo es lo que lleva la historia. Poco texto en general y mucho dicho en viñetas amplias. Sublime en mi opinión. Podes entender cómo se siente cada personaje con los gestos dibujados, las miradas, la inclinación de los cuerpos. Como detalle final, la aparición de Mi me encanto, que no se ancle a Kentaro y no quiera forzarlos, sino que solo sean felices le da ese toque agridulce.
Puntaje: 💖💖/5
Editorial: Milky way Ediciones
Título original: Ikemen-kun to Saenai-kun
Páginas: 178
Tipo de manga: unitario
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